viernes, 11 de enero de 2019

Tenemos un pensamiento tramposo: cómo darnos cuenta y cambiar

Hay pensamientos que son distorsiones cognitivas,    y si pasan desapercibidas, desembocan en una incorrecta toma de decisiones y una errónea percepción de la realidad. 

Solemos repetir siete trampas comunes ¿como podremos evitarlas?

Siempre la mente es más rápida que las acciones. Aunque la mayor parte del tiempo reflexionamos a conciencia, todo el tiempo se dan en el cerebro pensamientos automáticos sin que lo notemos. Es cuando tomamos una decisión, emitimos una opinión o interactuamos con otras personas. El riesgo de pensar así automáticamente,  es hacerlo mal. Es decir, caer en las trampas del pensamiento. 
Estas distorsiones cognitivas, pensamientos negativos y creencias irracionales se producen, como una salida o atajo que la mente realiza para llegar rápidamente a una conclusión, con una cantidad mínima de información. La forma en la que procesamos la información muchas veces puede llevarnos a conclusiones erróneas que influencian nuestra conducta y nuestro estado emocional.

Siete trampas comunes que es importante reconocer, para no utilizarlas y evitar sus consecuencias negativas.
1 - Preponderancia en lo negativo
Esta distorsión se produce cuando se filtra parte de la información recibida o parte de una situación vivida, dejando de lado los aspectos positivos y poniendo el acento en los aspectos negativos.
En el vivir cotidiano, esta trampa es muy común. Por eso es importante evitar darle tanta importancia a lo negativo por sobre lo positivo, para no correr el riesgo de perder todo lo bueno que nos pasó o nos dijeron. 
2 - Pesimismo
Es la propensión a ver y juzgar las cosas desfavorablemente. Los pensamientos que se proyectan a la hora de pensar en el futuro y la carga positiva y negativa que tengan esos pensamientos puede inclinar la balanza a la hora de lograr y perseguir objetivos. Pensar de una manera o de otra no da lo mismo, porque inevitablemente se genera un correlato emocional.
No somos indiferentes a la proyección que hacemos sobre nosotros y de acuerdo al contenido que le pongamos tendremos diferentes emociones y sensaciones. Hay que tener cuidado con lo que pensamos sobre nosotros y sobre nuestro futuro porque si bien toda proyección es a futuro, el sentimiento que tiene esa proyección está en el presente. Si lo que pienso hoy sobre lo que me va a pasar en el futuro es bueno y prometedor, tendré ahora una sensación de tranquilidad y calma, en cambio si mi proyección es negativa, me inundará un sentimiento de angustia y malestar. El pesimismo es, entonces, la mejor forma de crear un obstáculo antes de que algo malo suceda.
3 - Exagerar
Sobre dimensionar las situaciones que vivimos y los problemas que tenemos nos hace reducir nuestra capacidad para lidiar con las situaciones. Cuanto más inflamos la percepción de los problemas, más incapaces nos sentimos para solucionarlos. Entonces ¿cómo notar si estamos o no exagerando una situación? Resulta tomar como referencia situaciones pasadas donde hayamos sentido lo mismo y comparar lo que nos pasó antes con lo que nos pasa ahora. 
Si vemos que en el pasado resolvimos esas situaciones que eran muy importantes, eso nos permitirá sentir que hoy también podemos resolver lo que nos sucede. La comparación con situaciones pasadas puede fortalecernos y ayudarnos a sentirnos más capaces. Esto es importante porque las emociones crecen proporcionalmente al nivel de exageración que se le da a una situación.
Si creemos que es una tragedia, la viviremos como tragedia y será difícil encontrar el equilibrio emocional y mental para resolver la situación. En cambio, si aumentamos el valor positivo de una situación, nos arriesgamos a tomar decisiones que comprometen el futuro por exceso de optimismo. 
La mente trabaja todo el tiempo así que es importante estar atento a sus pensamientos automáticos 


4 - Etiquetar
Consiste en darle un nombre a algo en vez de describir lo observado de una                  manera objetiva. La etiqueta que se asigna siempre suele ser de una manera                              absoluta, inalterable o bien con fuertes connotaciones pre juiciosas: 
Ejemplos: soy tonta, soy inútil, ¡es torpe!, no sirvo para nada...
Una etiqueta negativa puede hacernos sentir inferiores a los demás. Mi autoestima                 se va desgastando y voy reafirmando que soy inferior. Lo mismo a la inversa.                Cuando la etiqueta está puesta en otra persona, la relación que se establece con                  ese individuo surge a partir de la etiqueta que le pusimos.
De manera que, confundir una conducta con un comportamiento permanente                          es uno de los errores más comunes. 
El etiquetado no nos permite ver a las personas con otras facetas y distorsiona la imagen     que tenemos de nosotros mismos. Muchas veces nos sentimos influenciados por tomar        en cuenta las etiquetas que unos les ponen a otros. Una etiqueta negativa puede hacer que nos sintamos inferiores a los demás 

5 - Personalización
A veces asumimos la culpa ante un hecho negativo. Decidimos que lo que ha sucedido          es nuestra culpa o que se debe a nuestra incapacidad, aun cuando                                          no hayamos sido responsables de eso. 
Este acto produce una culpa paralizante que envuelve a la persona en algo                abrumante a causa de la responsabilidad que lleva sobre sus hombros.
Por ejemplo, alguien dice que está aburrido y uno piensa que está aburrido por                  culpa propia. El error de la personalización es reaccionar inadecuadamente.
6 - Leer el pensamiento
Es muy común. Se basa en creer saber lo que las otras personas están pensando              sobre nosotros. Ejemplo: No le caigo bien, está enojado conmigo, ya no me quiere,                no le importo...  son creencias subjetivas previas a realmente saberlo.
Cuando creemos saber el porqué de la conducta del otro, reaccionamos de acuerdo                 a lo que nosotros pensamos y la manera de responder a ese supuesto es con            conductas de retraimiento o contraatacando".
7 - Polarización
Los pensamiento polarizados, se viven en blanco y negro, sin colores ni grises. 
Dividen todos sus actos y experiencias en dicotomías, según estándares absolutos. 
Se juzgan a sí mismos como santos o no santos, como buenos o malos, como exitosos            o fracasados.

De esta manera, la forma en que se procesa la información muchas veces puede    desembocar en conclusiones erróneas que influencian la conducta y el estado          emocional. 
La clave es poder reconocer las trampas antes de caer en ellas.


Hasta nuestro próximo encuentro.

martes, 1 de enero de 2019

¿Influye el tiempo "pasado, presente y futuro" en la toma de decisiones?

Pensar todo el tiempo en el pasado, buscar constantemente satisfacción en el presente o fijarse únicamente en las consecuencias futuras es determinante a la hora de tomar decisiones. Cómo encontrar el equilibrio

La psicología del tiempo es el campo de la ciencia donde se profundiza el análisis de la influencia que tiene el tiempo en el comportamiento humano.
El tiempo, percibido a través de los sistemas cognitivos, tiene un papel determinante en la toma cotidiana de decisiones. Existen personas enfocadas en el pasado, el presente o el futuro que de manera inconsciente toman decisiones utilizando esa orientación temporal.
La psicología del tiempo sostiene que la actitud personal con respecto al tiempo es aprendida y que nos relacionamos con el tiempo de una manera inconsciente y subjetiva. Si nos hacemos más conscientes sobre la concepción que tenemos hacia el tiempo podemos mejorar nuestra perspectiva y tomar mejores decisiones en nuestra vida.
"La paradoja del tiempo es un libro de Philip Zimbardo y John Boyd, que hace una descripción del comportamiento que tienen quienes se orientan al pasado, al presente y al futuro respectivamente. Las personas que están orientadas hacia el futuro son personas reflexivas que pueden postergar los deseos que tienen en el momento en pos de sus responsabilidades o metas.

Las personas orientadas al presente tienden a emprender más conductas sexuales de riesgo, a consumir más alcohol y otras sustancias que las personas orientadas al futuro. Es menos probable que hagan ejercicio, que coman bien y que realicen actividades preventivas para mantener la salud como limpiarse los dientes con hilo dental o someterse habitualmente exámenes médicos.
Las personas que se centran en el pasado: estas actitudes tan divergentes hacia el pasado desempeñan un papel muy importante en las decisiones cotidianas porque se convierten en un marco de referencia vinculantes en la mente de quienes tienen una visión del pasado positiva o negativa.

El equilibrio perfecto estaría en tomar el pasado no como un sillón sino como un trampolín, en tomar cosas del presente, poder disfrutar y no perder la perspectiva de mañana".
Hasta nuestro próximo encuentro.